Si tú eres amante del tejido entonces es muy probable que conozcas La Tejeria. La Tejería es una escuela de tejido online y tienda que hoy tiene a más de 118 mil seguidoras tejedoras en redes sociales y un club maravilloso en donde puedes recibir una vez al mes un patrón para tejer.

Hoy conversamos con la dueña, CEO, fundadora, mandamás de La Tejería: Javi Hernández. Javi es periodista y comenzó con el tejido como su hobby, hobby que fue desarrollando a punta de pasión y que ahora es su principal fuente de ingreso, donde no está sola sino que ya tiene un equipo y una fiel comunidad que la sigue a todas partes.

Hoy hablaremos de creación de comunidad, creación de membresía, las dificultades que le ha tocado enfrentar pre pandemia, en pandemia y post pandemia.

Si tú, independiente del tipo de negocio o pasión que tengas, quieres crecer y hacer comunidades en torno a ello, entonces ponte muy cómoda porque este episodio es para ti.

 

 

¿Cómo iniciaste La Tejería?

Todo comenzó hace 6 años. Yo estaba trabajando como periodista y como una vía de escape del estrés del trabajo retomé el tejido que había aprendido de chica. Le pedí ayuda a mi mamá que fue quien me inculcó este amor por las manualidades, y descubrí que me encantaba el crochet. Así que me puse a investigar y ver tutoriales, y descubrí todo un mundo en el crochet.

Decidí abrir una cuenta de Instagram, con el objetivo de mostrar lo que hacía y me di cuenta que las personas tenían un interés por aprender a tejer las cosas que yo hacía, más que comprarlas.

En esa época estaban de moda los talleres de bordado, así que le propuse a mi mamá probar y hacer talleres de tejido y crochet y pudimos ver cómo rápidamente esto comenzó a tomar vuelo.

Una de las cosas que me llamó la atención, cuando comencé a buscar inspiración para los talleres, es que afuera había un mundo increíble de fibras, que al menos acá en Chile no encontraba. Encontré proveedores, pero para importar tienes que traer graaandes cantidades, finalmente terminamos creando una tienda de materiales de tejido.

 

¿Cómo es la comunidad de La Tejería que has creado?

Con el paso del tiempo decidimos arrendar un espacio para realizar los talleres y también usar tiendas especializadas. Con la pandemia de inmediato quise probar talleres por Zoom, lo que ya estábamos haciendo y cerramos otros cupos. Le tuve que enseñar a mi mamá a digitalizarse.

Fue difícil este proceso de tener que mutar los talleres para hacerlo por zoom, porque las clases eran súper personalizadas, y estar conectada todo el día en la pantalla haciendo las clases fue súper desgastante.

En paralelo a los talleres, estaba buscando cómo hacer un modelo de membresía, y quise probar cómo resultaba este modelo para poder llegar a más personas y que no me limitara los horarios de zoom.

 

¿Cuál crees tú que ha sido el mayor desafío de crear esta comunidad?

Te diría que lo más difícil de tener esta comunidad, es que la membresía, es una organismo vivo, entonces es un desafío porque tú vas viendo que es lo que más les cuesta, sus dudas, vas participando de qué necesidades va surgiendo en la comunidad.

Cada 6 meses más o menos, vamos haciendo ciertas mejoras a la membresía, todo va surgiendo de la misma comunidad. Por ejemplo una de las cosas que me di cuenta que no funcionaba muy bien, es que había problemas con el medio de pago. Tener el feedback súper vivo, me permite ir mejorando de acuerdo a las necesidades que tiene mi comunidad.

 

¿Qué consejo le darías tú a alguien que esté creando una membresía o una comunidad?

Para crear comunidad es importante generar conversación, ir interactuando y para eso es necesario que vayamos creando contenido. De esta forma te vas convirtiendo en un referente y así te ganas credibilidad cuando quieras crear un negocio en torno a ello.

Ahora hablando de las membresías, es importante hacerse algunas preguntas como ¿qué cosas busca tu cliente, o qué cosas necesita renovar todos los meses? Y algo que es clave, es ir validando con tu misma comunidad, todas las ideas que se nos puedan ir ocurriendo podemos validarlas con nuestra audiencia. Tener una comunidad nos permite ir iterando, probando y viendo qué cosas funcionan y qué cosas no.

Y por último es importante mencionar que no es necesario que esperemos a tener un sitio demasiado profesional para crear nuestra comunidad, porque podemos ir haciendo las mejoras de una forma orgánica.

 

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